La piel sensible es más intolerante y reactiva. Se enrojece y se eleva más su temperatura con facilidad. Todas las pieles pueden manifestar, por medio de factores internos o externos, estos síntomas que pueden aparecer de un día para otro e incrementarse con el tiempo. También existe la predisposición genética en pieles finas y deshidratadas.
En contraposición, las pieles sensibilizadas no lo son de nacimiento, sino que experimentan esta sensibilidad por alguna circunstancia.
Las señales que presentan las pieles sensibles son: eritema, descamación, rojeces, erupciones,deshidratación, envejecimiento prematuro y tendencia a manchas.
Los síntomas asociados son: prurito, picor, tirantez, ardor y hormigueo.
Por este motivo, la Dermocosmética Termal nace para tratar y aliviar las pieles sensibles, con rojeces y reactivas.